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Uno de los principales errores que cometemos los adultos para considerar que la fruta no es “cool” es el mito de que a los niños no les gustan las frutas. Es importante romper este mito para que los niños empiecen a valorar las frutas y verduras desde el ejemplo, viendo en casa como las familias integran estos alimentos de forma habitual.
Además, deberíamos aprovechar la ventana temporal de 0 a 3 años, donde no solo se desarrollan los gustos, si no que además se establecen los hábitos. Para los niños un poco más mayores, sería importante trabajar a nivel global desde las familias, ya que si se fomentaran otro tipo de snacks en el colegio, se normalizará y no se señalaría a aquellos niños que optan por llevarse al colegio opciones vegetales o fruta.
Desde pequeños suelen relacionar el consumo de frutas y verduras con el sentimiento de asco, lo que provoca rechazo.
Los adultos, por lo general, intentan imponer el consumo de estos alimentos a través del miedo (si no te lo comes te vas a poner malo…) o del castigo o enfado (si no te lo comes todo no juegas), lo cual lleva a relacionar estos alimentos con experiencias negativas.
Si los adultos consiguen cambiar estas emociones, guiandolas hacia un enfoque más positivo, la respuesta emocional del niño será de admiración, curiosidad y seguridad. Todo esto facilitará y fomentará el consumo de frutas y verduras entre los niños.
Uno de los retos principales a los que nos enfrentamos cuando hablamos de educación en el hogar es que los modelos parentales también consuman estos alimentos de forma recurrente.
Además, es importante que no se utilicen otros alimentos y snacks procesados como método de “recompensa”, ya que si no estos alimentos con peores valores nutricionales están siendo relacionados como algo bueno y positivo para los niños.
Es importante involucrar a los niños en su educación, pero aún más importante que los padres se involucren para que los niños vena el ejemplo.
Uno de los principales errores que cometemos los adultos para considerar que la fruta no es “cool” es el mito de que a los niños no les gustan las frutas. Es importante romper este mito para que los niños empiecen a valorar las frutas y verduras desde el ejemplo, viendo en casa como las familias integran estos alimentos de forma habitual.
Los momentos de compra de estos alimentos pueden ser una oportunidad para empezar mostrar estos productos de otra manera, hacerlos más apetecibles para su consumo.
Pasamos muchas horas recibiendo información desde diferentes fuentes, pero que todo este conocimiento no lo llevamos a la práctica.El aprendizaje tal y como está planteado actualmente es muy teórico, por lo que aprendemos a base de memorizar, pero que por desgracia pocas veces lo aplicamos en la práctica. Si desde las familias aprovechamos las frutas y verduras para que, a través del juego, se descubran sabores, texturas y procedencia de estos alimentos la aceptación por parte de los niños será mucho más alta.
Todo esto se debe concebir como que jugar con la fruta es responsabilidad de los padres, por tanto se tienen que implicar y debe ser parte de las actividades que se realizan en familia.